La
conquista en Chile.
La Conquista de Chile es un periodo de
la historia de Chile que comprende desde la llegada de Pedro de
Valdivia a Chile en 1541 hasta la muerte de Martín
García Óñez de Loyola, durante la batalla de Curalaba en 1598.
El primer intento de conquista que tuvo Chile lo realizó
el español Diego de Almagro, que venía a buscar riqueza y fama, aunque sus
posibilidades se redujeron a la fama, pues en Chile no había riqueza mineral,
pero si muchos indígenas poco dispuestos a ceder sus territorios. Esta
situación hizo que Almagro volviera a su lugar de inicio para intentar ser el
conquistador de la cultura Inca, cosa que tampoco logró realizar.
Pedro de Valdivia mientras tanto se encontraba peleando junto a Francisco Pizarro que le ofreció una mina de plata y una encomienda de indios como premio. A pesar de ello, Valdivia quería con mucho más fuerza la notoriedad y pasar a la historia como un protagonista, así que a pesar de la mala fama que adquirió Chile, vendió todas sus riquezas y pidió ayuda financiera para embarcarse en la empresa de conquista que terminaría siendo la definitiva en tierras chilenas.
Partió en 1539 eligiendo una ruta distinta a la de su predecesor, pues Almagro había venido en Invierno por el camino de la Cordillera de Los Andes pasando las penurias del frío y las tempestades, perdió gente y recursos en el camino. Valdivia en cambio tomó la ruta de desierto, no fácil, pero si más llevadera y segura que la anterior. La empresa de Valdivia era mucho más modesta, pero sin duda más comprometida, al llegar al Valle del río Mapocho se fundó la ciudad de Santiago en 1520.
La ciudad de Santiago fue muchas veces embestida y los fuertes españoles también, los indígenas chilenos, predominantemente Mapuches, no tenían idea de dominaciones ni autoridades, incluso ya habían expulsado de sus tierras las pretensiones Incas, por lo que se negaron de manera absoluta a aceptar la era española. Cuidaron sus sagradas tierras, elaboraron nuevas estrategias de guerra y aprendieron a usar armas y caballos traídos de Europa. Nunca se dieron por vencidos y nunca sufrieron una derrota definitiva, por lo cual el proceso de conquista en Chile es único: nunca llegó a concretarse la ocupación y la conquista fueron simultáneos, y aunque muchas veces retrocedieron ante los avances, volvían a tomar control de sus territorios, incluso dos gobernadores fueron muertos en la guerra de Arauco, situación que fue suficiente para que la corona española dictaminara que no se financiarían las guerras en Chile, pues durante mucho tiempo recibieron ayuda del virreinato peruano, pues ya no tenía sentido avanzar, sino que la estrategia fue consolidar lo ya ocupado. Se estableció la frontera del Bíobio, atravesándola era influencia indígena y los fue hasta que la Independencia, donde desde el marco jurídica de la patria chilena, señaló los límites fronterizos de Chile, y con ello sus normas y deberes. A la vez que incluía los territorios indígena, Chile post Independencia fue un sólo Estado y la ocupación del sur sería paulatina a partir de ahí.
Pedro de Valdivia mientras tanto se encontraba peleando junto a Francisco Pizarro que le ofreció una mina de plata y una encomienda de indios como premio. A pesar de ello, Valdivia quería con mucho más fuerza la notoriedad y pasar a la historia como un protagonista, así que a pesar de la mala fama que adquirió Chile, vendió todas sus riquezas y pidió ayuda financiera para embarcarse en la empresa de conquista que terminaría siendo la definitiva en tierras chilenas.
Partió en 1539 eligiendo una ruta distinta a la de su predecesor, pues Almagro había venido en Invierno por el camino de la Cordillera de Los Andes pasando las penurias del frío y las tempestades, perdió gente y recursos en el camino. Valdivia en cambio tomó la ruta de desierto, no fácil, pero si más llevadera y segura que la anterior. La empresa de Valdivia era mucho más modesta, pero sin duda más comprometida, al llegar al Valle del río Mapocho se fundó la ciudad de Santiago en 1520.
La ciudad de Santiago fue muchas veces embestida y los fuertes españoles también, los indígenas chilenos, predominantemente Mapuches, no tenían idea de dominaciones ni autoridades, incluso ya habían expulsado de sus tierras las pretensiones Incas, por lo que se negaron de manera absoluta a aceptar la era española. Cuidaron sus sagradas tierras, elaboraron nuevas estrategias de guerra y aprendieron a usar armas y caballos traídos de Europa. Nunca se dieron por vencidos y nunca sufrieron una derrota definitiva, por lo cual el proceso de conquista en Chile es único: nunca llegó a concretarse la ocupación y la conquista fueron simultáneos, y aunque muchas veces retrocedieron ante los avances, volvían a tomar control de sus territorios, incluso dos gobernadores fueron muertos en la guerra de Arauco, situación que fue suficiente para que la corona española dictaminara que no se financiarían las guerras en Chile, pues durante mucho tiempo recibieron ayuda del virreinato peruano, pues ya no tenía sentido avanzar, sino que la estrategia fue consolidar lo ya ocupado. Se estableció la frontera del Bíobio, atravesándola era influencia indígena y los fue hasta que la Independencia, donde desde el marco jurídica de la patria chilena, señaló los límites fronterizos de Chile, y con ello sus normas y deberes. A la vez que incluía los territorios indígena, Chile post Independencia fue un sólo Estado y la ocupación del sur sería paulatina a partir de ahí.
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