martes, 6 de noviembre de 2012


Patria nueva.


Patria Nueva fue un período de la historia de Chile que comienza con la victoria del Ejército de los Andes en la Batalla de Chacabuco, el 12  de febrero de 1817, y termina con la abdicación de Bernardo O'Higgins, en 1823. Durante esta etapa se intentó consolidar el proceso de Independencia y buscar un proyecto político para organizar el estado. Una vez que el Ejército Libertador comenzó a liberar al país,  uno de los primeros actos del gobierno de O'Higgins fue el rescate de los chilenos confinados en Juan Fernández.
El "Águila", barco apresado en Valparaíso, navegó en la búsqueda siendo restituidos a sus hogares. El regreso fue celebrado en aquel puerto y en Santiago.
Pero en lo que O'Higgins puso el mayor empeño fue en la organización de un nuevo ejército, previendo que los realistas que dominaban la provincia de Concepción habrían de intentar algún ataque, y si ellos no lo intentaban, el Virrey del Perú no tardaría en enviar un nuevo contingente de tropas que fuese a reconquistar el territorio.
A lo anterior se suma el destierro del obispo Rodríguez Zorrilla por tener un carácter realista en su actuar
El Coronel Las Heras consiguió dominar hasta la ribera sur del Biobío. El general Freire, por otro lado, tomaba la plaza de Arauco.

Organización de la República.


Tras la abdicación de Bernardo O’Higgins en 1823, se inició un período de inestabilidad política conocido como Anarquía, Ensayos constitucionales ú Organización de la República.
Durante este período, los diversos gobiernos que estuvieron en el poder se dedicaron a buscar la mejor manera de manejar el país, cambiando tanto de punto de vista como de Constitución. La primera de estas constituciones fue redactada por Juan Egaña en 1823, llamada Constitución Moralista por sus características normativas que dirigían las actividades de los ciudadanos, fue de difícil aplicación en la sociedad de la época por lo que fue declarada insubsistente en 1824.
La siguiente fue redactada por José Miguel Infante en 1826, y fue denominada como Leyes Federales, por haber convertido a Chile en un estado federal. Por el rechazo en la población, estas leyes fueron suspendidas en 1827.
La última de estas constituciones apareció en 1828, siendo redactada por José Joaquín de Mora, durante el gobierno liberal de Francisco Antonio Pinto, por lo que es denominada como Constitución Liberal. A pesar de que duró solo hasta 1833, fue la base de constituciones posteriores.

Este período llega a su fin con la Guerra Civil de 1829-1830, en la que los diferentes partidos políticos se enfrentan por el poder de la naciente república

Revolución de 1829.




La Guerra Civil de 1829-1830, también conocida como Revolución de 1829 o Revolución Conservadora, fue el enfrentamiento que puso término a la denominada Organización de la República de Chile.
El movimiento golpista de carácter oligárquico y conservador estalló el 7 de noviembre de 1829, como consecuencia de la elección por parte del Congreso de José Joaquín Vicuña como vicepresidente, quien figuraba en cuarto lugar en las elecciones presidenciales que le dieron el triunfo a Francisco Antonio Pinto.
El golpe de Estado fue ejecutado por un ejército que comandaban José Joaquín Prieto y Manuel Bulnes, un ejército mercenario que se reclutó entre inquilinos de fundos más algunas tropas que Manuel Bulnes trajo de La Frontera, donde combatían a los mapuches. El financiamiento lo aportaron Diego Portales y otros mercaderes.
Así, al día siguiente de la proclamación se produjo el acuerdo golpista que estalló en las provincias de Concepción-Maule, las cuales desconocían la legalidad de la proclamación de Presidente y vicepresidente realizada por el Congreso.
Ante este estado de cosas, el Presidente Pinto presentó la renuncia, para evitar con ello la continuación del golpe de estado, pero el Congreso no se la aceptó sino hasta la segunda vez de presentada y le entregó el mando a Francisco Ramón Vicuña.
El 9 de noviembre de 1829, Bulnes estaba en la ciudad de Rancagua. Todo el territorio, desde el río Biobío al río Maule, quedaba en poder de Prieto.
Al reunirse ambos jefes en Rancagua, tenían una fuerza no superior a mil hombres. Mientras tanto la pasividad del ejército del gobierno movió a los mentores del presidente Vicuña a solicitar a éste el concurso de Ramón Freire, quien rechazó la oferta por ser contrario al Presidente.
Ante la situación comprometida de Prieto, Diego Portales preparó un levantamiento en Santiago. Para salvar la situación, el Presidente Vicuña llamó a elecciones, las que terminaron con una revuelta que lo obligó a refugiarse en Valparaíso.
En la tarde del día de la revuelta había dos poderes: uno formado por una junta constituida por Ramón Freire, Juan Agustín Alcalde y Francisco Ruiz-Tagle y otro por el Presidente Vicuña y sus tres ministros, que se encontraban en Valparaíso, y quienes no quisieron llegar a ningún acuerdo con los golpistas, a pesar de que ambos ejércitos estaban de acuerdo en terminar la lucha.
En vista de ello, los ejércitos, uno al mando de Prieto (por los golpistas) y el otro al mando del general Francisco de la Lastra (por el gobierno), se encontraron en la chacra de Ochavaría, en los suburbios al sur de Santiago, dispuestos a dirimir por las armas el conflicto político.

domingo, 4 de noviembre de 2012



La República Conservadora 1831-1861




Se suele denominar así al período de la historia de Chile que transcurrió desde el fin de la Revolución de 1829 hasta el período del presidente Manuel Montt(1860).
Fueron tres décadas en las cuales se establecieron las bases de la organización republicana, en especial en sus aspectos políticos. A partir de 1833 Chile contó con una Constitución que se mantendría vigente hasta 1925.
El país se encontró, entre 1830-1850, en mejor posición para enfrentar las tareas económicas, pues alcanzó un grado importante de estabilidad política durante estas décadas.
Evolución Política del Periodo
El ascenso de Joaquín Prieto y las nuevas tareas de Portales.
Las elecciones de 1831 fueron abrumadoramente favorables al general Joaquín Prieto, quien asumió como Presidente de la República mientras Diego Portales era designado para ocupar la Vicepresidencia, cargo que finalmente rechazó.
A través de las nuevas autoridades, la elite aspiraba a resolver el problema de encontrar una fórmula gubernamental viable para la nueva república, empleando cauces institucionales pragmáticos.
La organización de la nación fue fruto del trabajo de muchos hombres. Aunque suele reconocerse a Diego Portales como "constructor" del sistema político chileno, su principal mérito es haber impuesto el principio de autoridad, definido por él de esta manera en una carta personal:


República liberal.


 Para comprender la importancia de la República Liberal en Chile, es necesario entender su definición pura. El Liberalismo, doctrina política de origen europeo, alcanzó una amplia difusión en la clase dirigente chilena. En esencia, sostenía el principio de la libertad individual frente al Estado y la imposición de la razón por sobre las creencias religiosas.
En la práctica, la acción del liberalismo se concentró en la reforma a la Constitución de 1833, lo que permitió fortalecer el poder del Congreso en desmedro del Ejecutivo; y en asuntos religiosos, pretendió ganar terreno frente al catolicismo en los aspectos que éste se relacionaba con alguna función del Estado o de gran poder sobre la sociedad civil, a esta postura se le llamó Laicismo.
También, durante esta etapa los partidos políticos consolidaron su existencia, con programas y estructuras permanentes, a su vez, las alianzas y combinaciones de partidos adquirieron una mayor definición y acabada formalidad.
Los presidentes del período fueron: José Joaquín Pérez Mascayano (1861-1871) Federico Errázuriz Zañartu(1871-1876) - Aníbal Pinto Garmendia (1876-1881) - Domingo Santa María González (1881-1886) José Manuel Balmaceda Fernández (1886-1891)

Guerra civil de 1891


Durante el gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda, en 1890, y en medio de fuertes tensiones políticas que enfrentaron al ejecutivo con el parlamento, el Congreso Nacional se negó a aprobar las leyes periódicas que fijaban las fuerzas de mar y tierra así como la Ley de Presupuesto de gastos públicos. 

El Presidente reaccionó declarando, en una Proclama pública del 7 de enero de 1891 que, dada la situación de ingobernabilidad producida, se renovaban las mismas leyes sobre esa materia dictadas el año anterior. Los partidos de la oposición respondieron con el Manifiesto de los Representantes del Congreso a bordo de la Escuadra, desconociendo las facultades del poder ejecutivo. Balmaceda, el 11 de febrero de 1891, ordena la inmediata clausura del Congreso Nacional. Comenzaba así una guerra civil, que duraría seis meses y costaría la vida a más de 4.000 chilenos, en una población de algo más de dos millones y medio de habitantes. 

Los congresistas contaron con el completo apoyo de la Marina, a cargo del Capitán de Navío Jorge Montt, también se le sumaron algunos oficiales del Ejército como Estanislao del Canto. Por su parte, el Ejército regular, con sus cuatro divisiones de Coquimbo,Valparaíso, Santiago y Concepción, se mantuvo leal al Presidente Balmaceda. La contienda se dio por mar y tierra. Durante los primeros meses el escenario de la guerra fue el Norte de Chile donde los congresistas contaban con amplio apoyo. Allí se libraron las batallas de Zapiga, Dolores, Huara, Iquique, Pozo Almonte, Caldera y Calderilla. En agosto, hacia el final de la contienda, las batallas se trasladaron a la zona central. La ciudad de Santiago tampoco se libró de vivir terribles y violentos acontecimientos. El predio de Carlos Walker Martínez -actualmente la comuna de La Florida- fue escenario de la sangrienta muerte de 84 jóvenes antibalmacedistas, conocida como la Masacre de Lo Cañas. 

La guerra en Chile concitó gran atención en el resto del mundo, convirtiéndose en un foco de atención para la prensa internacional. Los Estados Unidos apoyaban abiertamente a Balmaceda, mientras Gran Bretaña, no ocultaba sus preferencias por el partido de los revolucionarios. 

Luego de las Batallas de Concón y Placilla, fue evidente el triunfo de las fuerzas congresistas. El Presidente Balmaceda reconoció su derrota y dimitió de su cargo el 29 de agosto de 1891, entregando el mando del país al general Manuel Baquedano. Ese mismo día se dio comienzo a un violento saqueo a las residencias de destacados balmacedistas, en la ciudad de Santiago y otras ciudades. 

El conflicto de 1891 fue un acontecimiento que involucró a todo el tejido social, generando consecuencias de orden político, económico, social y cultural. Diversos autores han entregado sus interpretaciones acerca de esta guerra. Algunos han visto en la personalidad autoritaria de Balmaceda, el origen de todo el conflicto; otros lo describen como una división interna de la clase gobernante; y otros, más allá de estas causas políticas o psicológicas, han buscado explicar este conflicto a partir de la pugna de intereses económicos entre una elite más tradicional, acostumbrada a detentar el poder total; y una nueva oligarquía emergente, más moderna, que junto con Balmaceda buscaba sentar las bases de un Estado moderno. 

Republica parlamentaria
República Parlamentaria es un período en la historia de Chile que se extiende entre 1891 y 1925. Corresponde a un régimen seudoparlamentario, también caracterizado como gobierno de partido bajo formas parlamentarias, entendiendo por parlamentario en su época una interpretación dada a las relaciones Presidente-Congreso Nacional en la Constitución de 1833, después de la derrota de Balmaceda en la Guerra Civil. Durante este periodo se destacó principalmente el predominio del Congreso Nacional sobre el Presidente de la República.


Los eventos que marca su comienzo es la Guerra Civil de 1891, y su fin el Golpe de Estado de 1924, que implicó la clausura del Congreso, y la promulgación de la Constitución de 1925, que estableció un régimen presidencial